Habia una vez....

Había una vez un grupo de personas que trabajaban día a día sin parar. Había algunos que conversaban con otros, a veces incluso se juntaban a celebrar ciertos acontecimientos. Nada muy fuera de lo normal. La convivencia era sana pero talves un poco monótona. La rutina los había hecho olvidar algunas buenas cosas de la vida como reirse incluso de uno mismo. Las cosas iban como siempre y otro año terminaba. Se comenzaba a especular cual sería el lugar para la comida de fin de año esta vez. Era de esperarse que fuera algun lugar entretenido donde todos pudieran conversar y conocerse más fuera del lugar de costumbre, en otra onda. Las cosas eran así hasta que de pronto algo ocurrió...

De pronto ¡todos tenían un color!, incluso algunos que no eran de un color especifico fueron pintados con el color de "jurado". Era un quiebre en la monotonía. Ellos no sabían que hacer. No estaban acostumbrados al color, quizás lo habían olvidado, quizás no les acomodaba por conservar sus propios colores. Sin embargo muy de a poco cada uno fue haciendo parte suyo el color que le había tocado. Ya nadie se cuestionaba nada. Los rojos eran rojos, los azules más azules que nunca, los amarillos tratando de que todos fueran amarillos y los verdes silenciosos esperaban su entrada en escena. Todos sin faltar ninguno comenzó a cambiar de opinión. Esto de usar colores parecía ser algo que había que indagar...

Luego de la primera impresión, todos comenzaron a vitorear sus propios colores, tan acaloradamente que rápidamente lo que pareció ser algo muy inocente tomo verdaderos ribetes de competencia. Todos luchaban por ser los mejores...

Comenzaron a enviarse correos, generando polémicas y debates. Las primeras competencias concretas generaron ciertos roces. Ya nadie se acordaba que hace muy poco todos eran grises. Ahora cada uno defendía su color con el alma. Algunos con menos sentido del humor se enojaban con las afrentas verbales que sufrían de los grupos de otros colores. Todo era una verdadera jaula de monos, y ya nadie entendía mucho porque peleaban. Los rojos defendían a los amarillos, los azules criticaban a los verdes y a su vez los verdes bromeaban con los rojos con mucho sentido del humor.

Cuando finalmente el día de las compentencias llegó, cada uno peleó con sus mejores cartas en cada una de las competencias. Sin embargo un grupo muy especial que siempre demostró altruismo y sana competencia y sin mucha bulla pero con mucho coraje supo competir con honestidad y valentía. Seguramente eso se plasmó en lo que pasaría finalmente....

Los rojos salieron campeones, y con la misma humildad demostrada durante todo el proceso agradeció gentilmente al resto y los invitó a volver a ser un mismo grupo. Claro que....ya nada volvería a ser lo mismo de antes...ahora había colores....